¿Por qué vale tanto un cuadro?
¿Es lógico pagar 450 millones de euros por un cuadro de Da Vinci?
Pregunta de Alex Bernardo
Mi respuesta.
Bueno, lo que hay que preguntarse es que papel juega una obra de arte antigua, en todo esto del dinero.
Salvator Mundi de Leonardo da Vinci
Una obra de arte, méritos aparte, en sí misma no vale nada. Quiero decir que si eres un cazador recolector hambriento, o sufriendo de sed, pues te encuentras una cosa como ese cuadro que dices, y realmente ni se fija en lo que es. A simple vista ni se come ni se bebe; por lo que no vale nada. Digamos que en determinadas circunstancias un cuadro así no tiene ningún valor de supervivencia. Pero, es que el mismo paquete de 450 millones de dólares tampoco tiene ningún valor de supervivencia. Si estás en las circunstancias de ese cazador que dije, verás el paquete de millones de dólares y no sabrás lo que es; tampoco lo reconocerás como algo comestible, y no tiene ningún parecido al agua, de modo que no vas a perder el tiempo contemplando esa cosa.
Café en Arlés
Y ahora recuerdo una anécdota, no estoy seguro de si es cierta o no, sobre un cuadro de Van Gogh que se encontró en Arlés. Una mujer estaba limpiando un viejo gallinero, para convertirlo en una habitación extra de la casa, cuando entre la basura encontraron algo con forma de tela cuadrada. No era la mierda normal de las gallinas, sino otra cosa. La persona que limpiaba el gallinero, se acordó de que en el pueblo habían tenido a un pintor famoso, extranjero él, que pasó mucha hambre y que desesperado un día se voló la cabeza de un tiro. Esa persona era una mujer y recordaba algunas cosas que se decían de aquel pintor loco. De modo que al ver aquella cosa, una tela sucia de caca de gallina, se acordó del pintor chiflado.
Fue a ver a su abuela y le contó lo que había encontrado. La abuela recordaba que hace mucho años tuvieron un cuadro de ese pintor, y que no valía nada. Tu abuelo, le dijo la mujer, lo puso un día en la ventana del gallinero que tenía un cristal roto. Lo hizo para evitar que las gallinas se enfermaran del frío. Aquel fue un invierno muy frío. Con el tiempo, ya nadie se acordaba de aquel cuadro, que no valía nada, de modo que el viento lo tiró y acabó en el suelo. Y nadie le dio la menor importancia, pues el cuadro no valía nada, como ya te dije.
Y la mujer le dijo a la abuela, tengo entendido que los cuadros de ese chiflado valen mucho dinero. Eso es lo que oí cuando estuve trabajando de camarera en París. No, chiquilla, esos cuadros no valen nada. Nadie en el pueblo apreciaba los cuadros de ese hombre que estaba chiflado. Tan mal estaba de la cabeza que se pegó un tiro. Y como no tenía dinero, el municipio tuvo que pagar las costas del entierro.
Ahora, digo yo que la filosofía de esos cuadros, no se fundamenta en lo que valen, como artefactos artísticos. Sino que poseen una reputación de ser únicos. Y que el propio autor del cuadro posiblemente se voló la cabeza desesperado por no poder ganarse la vida vendiendo esas pinturas. En otros casos, el pintor estaba alcohólico debido a que no podía soportar el fracaso de su vida. Si hubiera tenido dinero para comprar heroína se habría muerto de una sobredosis. Tanta era su angustia de no poder ganar con su pintura para pagarse un plato de potaje. Estos pintores siempre vivían colgados de otra persona aque les daba de comer.
Pero, ¿qué ocurre cuando tienes mucho dinero? Cientos de personas, miles, tal vez cientos de miles, te podrían pintar cuadros de ese estilo, tan buenos o tan malos como los de Van Gogh, o de otros. Pero como estamos hablando de miles, pues no valen nada. Un aficionado a la pintura te puede pintar un cuadro tan bueno como los de… ¿como dijiste que se llamaba ese pintor? Leopardo de Vinci. Bueno, pues eso. Yo te podría pintar una cosa parecida a la Mona Lisa, pero creo que nadie me habría dado dinero ni para pagarme un café. Creo que ganaría más dinero mendigando en la calle que pintando cuadros parecidos a los del Leonardo ese. Por muy parecidos que fueran, no me darían ni para comerme una fabada. Si eso se pagara, alguna gente habilidosa, yo mismo, no tendría necesidad de mendigar en una esquina o en un semáforo. De modo que la pintura que pinte cualquiera, por buena que sea, no vale lo que vale un sencillo plato de potaje que contenga un pedacito tacaño de chorizo y algo de morcilla. Digamos que una pintura tiene un valor negativo, pues el pintor tiene que comprar pintura, pinceles y lienzo, y eso ya vale mucho más caro que un plato de fabada. Y si intentas vender un cuadro así, lo que te pueden dar es un par de hostias pues estás quitándole valor al arte antiguo y al contemporáneo.
Entonces, ¿cómo es que se paga tanto por un cuadro así? Para quien lo tiene en grandes cantidades, el dinero no vale nada. Lo que cuesta comerse un plato de potaje resulta una ridiculez si eres millonario. Si tienes muchos sirvientes, ya les pagas lo suficiente para que coman su plato de potaje cada día. Con lo que pagas por ese cuadro, el que sea, le puedes dar de comer a veinte o treinta sirvientes durante cinco o seis siglos, digo yo calculando a lo bruto. Tendría que llamar al contable para que me diga por cuanto tiempo puedo alimentar a mis sirvientes con ese dinero. Y habría que averiguar si ese dinero se puede descontar de los impuestos.
Pero lo de comprar el cuadro ese, pues es tan simple, que ni siquiera tienes que estar allí en la subasta. Basta con que encargues a uno de tus secretarios para que te compre el cuadro, y tampoco lo tienes que enviar a la subasta. Tu secretario puede pujar por teléfono, y te ahorras pagarle un billete de avión en clase turista a tu secretario. Es decir, que los ricos miramos mucho por la economía y no nos gusta malgastar el dinero en boberías.
Y ya me estoy esperando tu pregunta. ¿Si no quieres malgastar el dinero por qué te compras un cuadro mierda de esos? La respuesta es muy simple. ¿Cuánto cuesta imprimir un billete de mil dólares? ¿20 centavos? Probablemente sea menos. Entonces, al comprar un cuadro de esos, es como si compraras un billete de banco que tuviera ese valor de… ¿cuanto era? 540 millones de dólares. O sea que la clave es que no estás comprando un cuadro-mierda sino un billete muy caro. Es un billete único, muy difícil de falsificar, y tienes toda una serie de certificados muy caros que demuestran que es algo auténtico. Y esto es muy necesario, pues hoy día te encuentras con la idea desagradable, de que hasta el hijo de tu cocinera puede pintar un cuadro. Y es evidente que esto es una degeneración de las clases sociales. Ya no puedes esperar que tus sirvientes sean genéticamente sirvientes por toda la eternidad. Todos quieres ser genios como Leopardo de Vinci. Tengo oído que hasta hay mendigos que tocan el piano o el violín en cualquier sitio; especialmente durante en verano. Nunca pensé que el mundo se pudiera degenerar tanto en tan corto tiempo. Esto debe ser una de esas señales que anuncian el fin del mundo.
Leopoldo Perdomo